Entrevistas

 

16-09-2013

Mario Cobo, solo ante el peligro


1

El guitarrista Mario Cobo es uno de esos músicos incansables que se deja la piel en todo lo que hace. Y además lo hace con pasión y entrega. Sus numerosos proyectos como Mambo Jambo o Nu Niles dejan paso ahora a algo más personal, un disco en solitario de guitarra, su gran compañera. En esta distendida charla Mario nos habla de Part 1, su primer EP de una serie de tres dedicados a la guitarra instrumental y de sus otras inquietudes musicales.

Tienes muchos proyectos pero hasta ahora habían sido proyectos de banda. ¿Por qué decidiste hacer este disco en solitario?

Hace años y años que a mis amigos les como la bola con lo de grabar un disco instrumental, pero como es una cosa que me daba mucho respeto y que me gusta mucho, me ha llevado demasiado tiempo. Como era muy personal nunca encontraba el tiempo ni la forma de hacerlo. Hasta un día que dije, ya está. Y a la mañana siguiente llamé al estudio, a mis amigos y en dos días fuimos a grabar.

Entonces, ¿tenías las canciones trabajadas desde hacía tiempo?

Sí, siempre estoy componiendo. Tengo una especie de archivo de ideas sueltas, las voy guardando. Sólo necesitaba decidir que canciones eran.

¿Por qué escogiste hacer temas instrumentales?

Básicamente porque quería hacer un disco de guitarras. Colecciono muchos discos de guitarristas, de steel guitar y siempre te hace ilusión hacer algo así.

¿Cuál fue tu inspiración a la hora de escribir estas canciones? ¿Cuál es el leivmotif de cada tema si es que lo tienen?

En “Driving my magnatone”, la idea era un poco recuperar el concepto de Santo & Johnny, con la melodía de steel guitar pero como pasado por Link Wray. Es una base Link Wray a lo Santo & Johnny. Era una excusa para hacer una canción tocando la steel guitar que hacía tiempo que no tocaba. “Five more stops” es un poco como Chet Atkins con Django Reinhart. A lo country jazz. “Gradiation” es un homenaje directo a Grady Martin que era el guitarrista de sesión de Johnny Burnette, Johnny Carroll y de un montón de discos de rockabilly. Tiene un sonido y una forma de tocar la guitarra muy reconocible y que incluso mucha gente reconoce como de género. Básicamente lo que hago es tocar sus licks y alguna aportación mía. Y “Breeze” es como Duane Eddy, canción lenta y melódica y que no tiene ni solo, una canción de escuchar.

¿Por qué formato EP si tenías más material? En el EP pone part 1 es de suponer que habrá parte 2?

Estoy preparando la dos y la tres. No es nada muy original, pero en los años 50 había estas series de 3 eps que eran luego un LP.  Era un poco por fetichismo. Luego supongo que será un CD. También porque en el momento que lo hice, me costaba mucho decidirme y pensé que era más fácil grabar cuatro que doce, sería más rápido y encontraría el tiempo más fácilmente.

En el disco te acompañan Anton Jarl, Ivan Kovacevic y Josep Lluís Pérez. ¿Por qué los has escogido a ellos tres?

Anton e Ivan porque tocamos en Mambo Jambo y me gusta tocar con ellos, por proximidad y porque sabía que funcionaría. De hecho no hicimos ni ensayos, como son muy buenos músicos, fuimos al estudio y les explicaba que era lo que quería. Creo que hicimos dos o tres tomas, más alguna demo casera que les había enviado para que se hiciesen una idea. Y Josep Lluís, somos amigos y me apetecía invitarle a grabar. No hay una formación concreta para esto, el dos y el tres los grabaré con quien pueda o se deje.

Publicas con Sleazy Records, ¿por qué?

A Sleazy les gustó la idea, también porque en España hay dos sellos de género rockabilly y rock and roll muy importantes a nivel mundial que son Sleazy y El Toro Records. Sleazy se interesó y hablando me pareció que era la mejor elección. Con Sleazy me llevo muy bien y me apetecía porque nunca había trabajado con ellos con un disco propio.

¿Y por qué Xavi Ruiz como productor?

Es mi socio de Carajillo Records. La base la grabamos en el estudio, pero lo otro me lo he grabado en casa haciendo experimentos y martirizando a los vecinos. Necesitaba a alguien que me soportase y también alguien que me hiciese de filtro, porque sino yo podría hacer una toma 400 veces sin parar y nunca estar convencido. Xavi sobretodo me ayudó a decir ya está, lo dejamos así. Necesitaba alguien de confianza que me ayudara a no obsesionarme mucho.

¿Eres muy perfeccionista?

Con esto sobretodo. (Risas) Pero es porque colecciono discos de guitarristas y claro, cuando uno se pone unas metas muy altas, en realidad nunca llegas a ellas y siempre quieres superarlo, pero es imposible superar a Chet Atkins, eso creo yo. Si estás haciendo algo que te recuerda a Chet Atkins nunca vas a estar contento, luego lo que piensa el resto de la gente es otra cosa, pero en mi cabeza está todo tan idealizado que pienso que nunca lo voy a conseguir.

¿Carajillo Records como nació y cuál es tu implicación?

Empezó con un concierto que me ofrecieron al que tenía que ir como Mario Cobo, pensé que todo el mundo se lo iba a tomar muy en serio por lo del disco y monté una banda de broma. Bueno no de broma, sino una banda para pasarlo bien, reírnos un rato y ya está. Era Masacre con Xavi al contrabajo y Manu Rodríguez a la batería. Hicimos dos conciertos, la banda era muy punk, se acabó ahí pero dedicamos una mañana a grabar un single en la habitación de mi casa, muy cutre todo y el poco de dinero que ganamos en el concierto lo invertimos en editarlo. Entonces nos picó el gusanillo a Xavi y a mí y decidimos montar un sello, pero que solo hiciese 7” y editase bandas que nos gusten, con ninguna esperanza de ganar dinero y a veces ni de recuperarlo. Si recuperamos lo justo para sacar el siguiente ya estamos contentos. Como me dedico a la música y vivo de esto con según que proyectos llega un momento en el que la profesionalidad manda, es trabajo. Por eso, me apetecía tener algo en la música que básicamente fuera un hobby, que no sea coleccionar discos, que sea algo más, que aporte algo más a la música.

¿Y funciona bien?

Funciona mejor de lo que esperábamos. (Risas). Estamos sorprendidos. La primera referencia fue Blas Picón, a ellos les va muy bien y el disco se ha vendido bastante. La segunda han sido Los Hermanos Cubero que ha sido un éxito, se han puesto de moda, era como si hubiésemos descubierto algo oculto, se agotaron los discos en dos meses y como románticos de esto, no lo vamos a reeditar. La gracia es que el que lo tenga tiene una rareza. Preferimos más adelante sacar otra cosa. En ese aspecto también somos así. Y el tercero es el de Akron, que hemos sacado ahora y también está funcionando bastante bien. Con el de Akron tuvimos la genial idea de serigrafiar nosotros las portadas a mano y esto ha sido un trabajo de chinos, muy bonito, muy romántico pero no lo vamos a repetir. (risas)

Hablabas antes de Blas Picón, tu compañero en Nu Niles, ¿qué ha pasado con la banda?

Ha muerto. He pasado página. Ya los había matado dos veces y habían vuelto a salir rollo zombies (risas). Ahora ya está. La verdad es que cuando fuimos a grabar el último disco ya tenía en la cabeza que podía ser el último y desde que decidí que ya estaba finiquitado estoy muy tranquilo. Estoy muy contento, porque el hecho de no tener un proyecto con tanto lastre, un proyecto que llevas tantos años, te da las fuerzas para hacer cosas nuevas. Y creo que eso es lo más importante, que has de aportar cosas nuevas. Me encantan las canciones y todo lo que he hecho, pero ostras, estar ahí con una canción de hace 20 años. No te digo que a lo mejor dentro de 30 en un festival de abuelos de 60 años hagamos un revival pero a mi me apetece más crear cosas nuevas que estar tirando del pasado.

Llevas muchos años participando en el proyecto de Mambo Jambo. ¿crees que ha cambiado mucho desde el principio?

Sobre todo porque cuando empezamos no pensábamos ni que fuéramos a grabar un disco. Era más vamos a tocar y nos lo vamos a pasar bien. Y luego hubo un momento, en el que de repente comenzó a convertirse en un proyecto principal para todos y como somos unos excitados de la vida, hemos apretado el acelerador y vamos a saco. Sacaremos el segundo disco pronto y ya tenemos fecha para grabar un single nuevo. Ha cambiado que de repente ha habido mucho interés por la banda, nosotros no sabemos porque pero conectamos muy bien con el público, a la gente le gusta. Nuestra teoría es que como es una música para pasarlo bien, no le estamos contando a la gente más problemas y salimos ahí como unos locos, una hora de pura energía y nos vamos a casa, la gente no se ha de preocupar. Durante una hora ve a cuatro zumbados dando saltos en el escenario y se lo pasan bien, bailan un poco y ya está. Igual es esto, ahora que en estos momentos la gente necesita diversión.

Estuvisteis de gira México. ¿Cómo ha sido la experiencia allí?

El año pasado en plan kamikaze dijimos que nos íbamos y nos fuimos a lo loco una semana y pico. Fue genial. Volvimos supercontentos. Y esta segunda fue un poco más planificada, hemos editado un disco en México. La experiencia es buenísima porque el público mexicano es muy joven, hay una excitación por ver bandas, la gente se lo pasa muy bien en los conciertos que es una cosa muy buena, estar tocando y ver que la gente no está hablando o juzgando, están ahí, lo dan todo igual que se lo das tú y al acabar te tomas una cerveza con ellos. Evidentemente está muy lejos y no se puede ir cada año, pero lo intentaremos.

Allí son mucho más receptivos. Aquí no sé que le pasa a la gente.

Son viscerales. O les gustas o no les gustas. Siempre me ha molestado cuando han dicho de una banda mía, están bien o son buenos músicos. Piensas, ¿qué es eso? No me compraría un disco porque están bien o no te haces fan de un músico porque están bien. Sino porque es el grupo de tu vida y quieres parecerte al cantante aunque sea negro y musculoso y no se parezca en nada a ti. Eso es un poco lo que yo creo que falta ahora, una excitación de ese tipo, parece que todo el mundo está por encima de todo.

¿Por qué crees que pasa?

Pues no sé. Debe ser una cosa social. Aquí la envidia es una tradición muy arraigada. Siempre es más fácil que triunfe el mediocre que la gente talentosa y que se lo trabaja porque a la gente le molesta. Como no es muy bueno, es gracioso y es mi amigo, está bien pero cuando hay alguien que sobresale un poco siempre están con el que tampoco es para tanto.

¿Y tú crees que hay tradición musical? Porque sales fuera y es otro mundo, en los conciertos por ejemplo ves gente de todas las edades. Aquí no, parece que cuando llegas a una determinada edad ya te tienes que poner con la hipoteca y los hijos y dejas de ir a conciertos.

Yo creo que aún estamos arrastrando las consecuencias del franquismo, yo ni lo he vivido y luego por el rollo de los 80 que se inventaron y que yo tampoco viví porque era pequeño. Me parece que hay más periodistas, más promotores y bandas que público. Ves que en una noche en Barcelona hay varios conciertos que más o menos un número determinado de personas irá pero son 150 personas, o acabamos con 30 en cada concierto o uno con cien y el resto con unas decenas.

Hay demasiada oferta.

Si para la poca demanda y eso es una cosa que no entiendo. También en el momento en el que había escena, rockabilly por ejemplo, siempre fue muy cerrada. No sé porque no funciona. Si soy sincero, antes me compraba muchas revistas, vivía muy informado, pero reconozco que hace unos años que estoy out. Luego también te están intentado vender la moto con refritos y creo que la gente se ha cansado. También creo y esto es una teoría, me quejo mucho de Barcelona porque creo que es una ciudad que no inventa nada. Y el ir siempre detrás a ver que se lleva ahora, a ver si soy el más moderno, hace que no haya una creación propia y que la gente pierda el interés, porque nadie necesita convivir o hacer vida social para buscar los Doors en internet o escuchar el último grupo de Nashville. Antiguamente la gente quedaba para hablar de música o intercambiarse cintas, hoy en día eso ya no hace falta y mucha gente se pasa el día en un foro o poniendo en facebook los vídeos que le gustan. Me da la impresión de que se pone de moda el americana pues salen muchas bandas de americana, el punk lo mismo, los Black Keys pues cuatro grupillos que hacen de Black Keys, pero eso no tendría porque ser así. Tendrían que aparecer cosas nuevas o simplemente que las cosas que hayan sean divertidas y se apoyen. El ejemplo son Los Hermanos Cubero, ¿por qué han gustado a la gente? Están tocando jotas al estilo bluegrass, porque eso no se ha oído nunca y esto no te lo pueden vender ni en Alemania ni en Inglaterra ni en ningún sitio, es una cosa única. Incluso los Mambo Jambo que es rock and roll de toda la vida, es un refrito, nosotros no intentamos hacer un revival sino tocar lo que nos sale con nuestras influencias, como ninguno ha escuchado nunca flamenco o pop new wave, pues lo que nos sale es lo que escuchamos cada día pero mucho más actualizado y mucho más rockero porque metemos unas castañas. A veces en el escenario estamos mucho más fuerte que lo que se oye abajo, a mi están a punto de sangrarme los oídos (risas) y eso en los años 50 no pasaría ni en broma. Pero a lo que me refiero es eso, buscar una excitación local, que la gente vaya a un bar y haya gente tocando.

¿Y a los Mambo Jambo qué tal os va?

Nosotros estamos supercontentos. Ahora estamos haciendo sala mediana de entre 300-500 personas y vamos llenando en toda España. Estamos empezando a salir a festivales fuera, a Alemania y Noruega, a un festival de Rhythm & Blues en Inglaterra. La recepción del público, cuando tocamos en el Cruïlla, fue la bomba. Además veníamos del subidón mexicano. También fue la gente que había, que empezó a responder y nosotros que veníamos como una máquina. Había tanta gente, que se contagió y la gente se lo pasó bien.

¿Hay mucha diferencia entre las cosas que compones para ti y cuando componéis en grupo?

Si porque a tu bola haces lo que te da la gana y el criterio es tu gusto personal, con Mambo Jambo hay un filtro que es la banda. Es una banda muy democrática, pese a que muchos opinamos que la democracia no funciona. Pero desde el principio somos un grupo. Eso es lo mejor de Mambo Jambo que a estas alturas ninguno de nosotros esperaba que volvería a tener una banda. Todo el mundo puede montarse una banda y ser el líder o lo que sea de alguien. Pero en Mambo somos los cuatro y tomamos las decisiones para bien y para mal juntos.

¿Y es difícil?

No pero tú compones o tienes una idea, vamos al local, la trabajamos, a veces te la cambian y no te gusta, a veces te gusta y otras veces no funciona. Para eso están los discos de cada uno donde haces lo que te da la gana. Pero es bueno, porque hace que el grupo empiece a tener un estilo propio dentro del género.

¿Qué otros proyectos tienes ahora?

Estoy haciendo una banda para tocar en bares, con ese concepto de low budget y club. En plan western swing pero es un experimento, estamos quedando en casa para ensayar. Pero lo principal es Mambo Jambo y lo de Mario Cobo. Toco en una banda de Dani Nel.lo que tiene en solitario que es más soul. Ahora estoy componiendo música para una compañía que se llama Divinas que hace años que colaboramos pero es teatro.

¿Has hecho cine?

Cortometrajes, pero en cine es muy difícil entrar. Me encantaría. He hecho mucha publicidad pero siempre acabo harto. Cada x años pienso, bueno va, voy a volver a hacer y al final o es un amigo tuyo muy conocido que trabajas muy a gusto o acabas harto del mundo este tan poco creativo. Ahora me centro en Mario Cobo, Mambo Jambo y tocar mucho la guitarra en casa. 

Autor: Anabel Vélez

Bookmark and Share